Una teoría aplicada a criminología en los años 80 puede explicar cómo los comportamientos tóxicos proliferan en tu empresa: la teoría de los cristales rotos.

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El origen de la teoría de los cristales rotos

La teoría de las cristales rotos fue introducida en criminología por los científicos sociales J. Wilson y G. Kelling en la época de los 80. Esta sostiene que los signos visibles de delincuencia provocan que esta vaya in crescendo.

Un edificio abandonado con una ventana rota es más probable que sea asaltado y ocupado si esta no se repara en un tiempo prudencial. Si observas basura y muebles abandonados en la calle, estos irán proliferando sin control de la mano de cada vez más individuos.

Esto sucede también dentro de los hogares. La luz del salón se rompe y apuntamos mentalmente comprar una bombilla de recambio, pero nunca nos acordamos de hacerlo.

Otro día lo que se rompe es la persiana y nos decimos a nosotros mismos que ya lo arreglaremos el fin de semana, pero nunca es un buen momento.

Lo siguiente es que el grifo del lavabo tiene un exceso de cal y echa muy poca agua pero vamos tirando con ese hilillo y no terminamos de llamar al fontanero.

El deterioro de las cosas es inevitable pero si no les damos solución ágil y se nos acumulan, acabamos instaurados en un ambiente de dejadez e inacción. Esto con mucha probabilidad saltará las paredes de tu casa y se adueñará de otros aspectos de tu vida. Y aquí es donde la situación se vuelve peligrosa.

Afrontar todas estas mejoras de una sola vez es como escalar una montaña, pero abordarlas de una en una a medida que van apareciendo es fácil y sencillo.

Una buena estrategia para prevenir grandes males es arreglar los problemas cuando aún son pequeños.

Cómo esta teoría aplica al mundo de la empresa

El mundo de la empresa no es menos, y también la teoría de los cristales rotos aplica. Un día observas cómo dos compañeros se alzan la voz en una reunión. Al día siguiente es un responsable el que hace un comentario despectivo a un miembro de su equipo. Otro, un grupo de personas comienzan a criticar abiertamente todo lo que se hace y se decide en la compañía.

Si este tipo de comportamientos, cuando son esporádicos no se detienen o trabajan, la teoría de los cristales rotos se materializará en tu empresa creando un ambiente tóxico de queja, discriminación, falta de educación,… que terminará creando un infierno en la tierra para tu equipo de trabajo provocando su salida de la compañía y/o problemas psicológicos para muchos de los implicados.

2 recomendaciones para evitar que los comportamientos tóxicos proliferen en tu empresa

Mis recomendaciones (basado en la experiencia de lo que hemos aplicado en Flat 101 desde el primer día que creamos la compañía) serían:

Primero. Define unos valores de compañía que vayan fielmente alineados a los fundadores y compartidos por el equipo a medida que creces la compañía.
Los valores de una compañía representan los lindes del camino de los que ningún miembro del equipo puede salirse en su día a día. Valores como la comunicación no agresiva, proactividad en la resolución de problemas, orientación a resultados, trabajo en equipo, respeto y diversidad son claves para crear un ambiente de trabajo constructivo.

Segundo. Corta, rompe, trabaja, o rectifica comportamientos negativos antes de que crezcan y proliferen llegando a modificar la cultura de compañía que has luchado tanto por crear.
Cuanto más rápido reconduzcamos comportamientos inadecuados, antes habremos reparado los cristales rotos y evitaremos que nuevos comportamientos tóxicos surjan o se sumen a los anteriores.

Y tú, ¿alguna experiencia trabajando en entornos tóxicos?¿has experimentado la teoría de los cristales rotos en algún ámbito personal o laboral? Cuéntamelo en los comentarios.

Foto de Tara Evans en Unsplash

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