7 conceptos imprescindibles para convertir tu empresa en una empresa sobresaliente

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El mejor libro que he leído hasta ahora acerca de estrategia empresarial es Good to Great” de Jim Collins. En él se resume un estudio realizado por el autor y su equipo, acerca de 27 empresas estadounidenses: 11 de ellas, las llamadas empresas “good to great” (o “empresas que sobresalen” en la versión española), tuvieron 15 años con resultados al nivel o por debajo del mercado, y tras un punto de transición, acumularon durante los siguientes 15 años resultados al menos 3 veces superiores a los del mercado.

En el estudio, estas empresas se comparan una a una con otras 11 empresas, del mismo sector, con las mismas oportunidades y similares recursos en el momento de la transición pero que no experimentaron el cambio de las anteriores, y con otras 6 empresas que experimentaron un pequeño giro de “buenas a sobresalientes” (from “good to great”) pero que fallaron en mantener su trayectoria ascendente.

Jim Collins y su equipo estudiaron qué tuvieron en común las empresas que consiguieron resultados extraordinarios en el mercado de forma continuada, y que además resultó no tenerlo en común las empresas de comparación. Encontraron 7 patrones que aplicaron todas y cada una de las empresas que llegaron a convertirse en empresas sobresalientes.

Estos 7 patrones me parecen extraordinarios por su sencillez y fácil aplicación. A pesar de ello, no olvidemos que deben aplicarse todos y cada uno de ellos, cosa que no parecen hacer muchas empresas.

1. Líderes de nivel 5

Una de las grandes sorpresas del estudio fue descubrir que el tipo de líderes que dirigía estas empresas en el momento de la transición tenía dos características en común: humildad personal y voluntad profesional para hacer de la empresa una empresa sobresaliente.

¿Cuántos de vosotros destacaríais la humildad como rasgo característico de los directivos de vuestras empresas…?

2. Decide primero quién y luego qué

Otro resultado esperado del estudio era que los líderes comenzaran su mandato estableciendo una nueva visión y estrategia. Sin embargo, los líderes de nivel 5 primero suben a las personas adecuadas al “autobús”, bajan del “autobús” a las personas que no son adecuadas, ponen a cada uno en el asiento correcto y entonces, entre todos, deciden hacia dónde ir.

Ya no decimos que “las personas son el activo más valioso”  sino que “las personas adecuadas son el activo más valioso”

3. Afronta los hechos (y nunca pierdas la fe)

Debes mantener la fe de que lo conseguirás a pesar de las dificultades y al mismo tiempo, debes tener la disciplina de afrontar los hechos más brutales de tu realidad actual, cualquiera que esta sea.

4. El concepto del Erizo

Todas las empresas consiguieron encontrar su concepto del erizo, la intersección de estos 3 círculos:

  • En qué puedes ser el mejor del mundo, e igualmente importante, en qué no puedes ser el mejor del mundo. (quizá sea algo en lo que ni siquiera estés trabajando todavía)
  • Cuál es tu motor económico. Todas las empresas encontraron el denominador que tenía mayor impacto en su economía: “beneficio por …” (empleado, establecimiento, etc.)
  • Qué es lo que realmente te apasiona. ¡Enfoca tus esfuerzos en aquellas actividades que encienden tu pasión!

Ojo, el concepto del erizo no es un objetivo, estrategia o intención de ser el mejor, sino de entender en lo que puedes ser el mejor.

5. Cultura de disciplina

Todas las compañías tiene una cultura, algunas tienen disciplina, pero muy pocas tienen una cultura de disciplina.

Cuando tienes gente disciplinada, no necesitas jerarquías. Cuando tienes pensamiento disciplinado, no necesitas burocracia. Cuando tienes acción disciplinada, no necesitas excesivos controles. Cuando combinas una cultura de disciplina con una ética de emprender, consigues la fórmula mágica para un gran desempeño.

6. Aceleradores tecnológicos

Las empresas sobresalientes piensan diferente acerca del rol de la tecnología. Nunca la usan como medio de ignición de la transformación, y sin embargo, son pioneros en la aplicación de tecnologías elegidas cuidadosamente.

7. La rueda volante y el empujón definitivo.

Según los resultados del estudio, aquellos que comienzan revoluciones, programas con cambios drásticos, y dolorosas re-estructuraciones, seguramente no lograrán hacer el cambio a empresa sobresaliente. Este estudio demostró que las empresas que lo lograron nunca se transformaron a través de una gran acción, un gran programa, una gran innovación, un golpe de suerte o un milagro. Lo que sucedió fue que todas ellas empujaron una gran y pesada rueda sin descanso y en una dirección, giro tras giro, construyendo momento hasta ese instante definitivo en el que la rueda comenzó prácticamente a girar sola.

En definitiva, gente disciplinada, pensamiento disciplinado y acción disciplinada y constante enfocada en una única dirección resume los 7 patrones o conceptos a imitar por cualquier empresa que quiera convertirse en una empresa sobresaliente. Si te decides a intentarlo… ¡ánimo!

Fuente: “Good to Great”, Jim Collins

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4 comentarios

  1. … acción disciplinada y constante enfocada en una única dirección …

    Esto deja fuera esto que nos gusta tanto de hacer unas cosas este mes, otras el que viene, dar por fundamental y prioritario otras diferentes el trimestre que viene y en definitiva, cambiar de dirección cada mes, no?

    😉

  2. Imagínate que estas al mando de una organización donde cada uno actúa de forma individual. Llevas meses diciendo cual es la dirección y nada como si oyen llover ¿despedirías? Y si por dirección (motivos varios) tienes que contar con ell@s sí o sí ¿Cómo consigues que cambien su rutina por otra que en estos momentos es la que necesita la empresa? ……………soy toda oídos¡¡¡¡¡

    1. Hola Begoña,

      Tu pregunta no es fácil de responder. Lo primero que yo haría es entender porqué tu equipo actúa de manera individualista tras haber hablado en varias ocasiones con ellos. Quizá no hayan interiorizado, comprendido la importancia de la nueva dirección, o que simplemente no la compartan. Sea cual sea la razón, el primer paso para afrontar la situación es conocer lo que pasa («afrontar los hechos»). Para ello, yo hablaría con cada uno de manera individual y les preguntaría su opinión acerca de la dirección marcada y de la aparente falta de trabajo en equipo. Si llevas a cabo esta reunión te recomiendo que escuches más que hables 😉
      Haciendo este ejercicio seguramente tu equipo te aportará buenas ideas para esa nueva dirección que has marcado. Si tras incorporar (las mejores) aportaciones en la dirección de la organización, todavía hay gente que no se suma a trabajar en equipo para alcanzar los objetivos comunes de la organización, sí que me plantearía despedir. Es, de hecho, la recomendación número 2 de este post, decide a quién subir a tu «autobús» y a quién bajar.

      Con los que se queden, como decíamos antes, construye la dirección. Recuerda que la mejor manera de que alguien acepte un cambio, un nuevo proyecto, una nueva dirección,… es hacerle partícipe. «Nadie rechaza algo de lo que ha formado parte».

      Espero haberte ayudado.

      Un saludo,
      Sandra

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